viernes, 10 de noviembre de 2023

LA HERENCIA DE UNA MODISTA

Mi nombre es Ana, un legado de mi abuela materna, junto con algunas características singulares que ahora describiré.

Cada verano, después de finalizar el curso escolar, mi madre me enviaba a pasar las vacaciones con mi abuela, quien vivía tres calles más allá de nuestra casa.

Ella seguía una rutina diaria meticulosa: levantarse a las ocho, desayunar, limpiar la casa y preparar el almuerzo. Todo esto debía estar listo para las once y media, momento en el que se quitaba su delantal y bata para vestirse y recibir visitas. Abría entonces su taller, donde cada herramienta de costura tenía su lugar asignado. Me fascinaba una cesta donde guardaba jaboncillos de colores, custodiados como un tesoro. Ella me contó cómo, durante la guerra, tuvo que usar cal de pared para marcar los patrones.

A los once años, le pregunté cómo había aprendido el oficio de modista. Me explicó que la costura la aprendió en la escuela, donde las mañanas se dedicaban a lectura, dictado y cálculo, y las tardes a costura y rezar el rosario. Aprendió a confeccionar patrones por su cuenta. Si quería hacer una camisa, desarmaba otra similar, dividiéndola en partes y deshaciendo cuidadosamente las costuras con una tijera pequeña, esparciendo la tela sobre la mesa como si fuera la obra de una experta modista. «Deshacer lo hecho fue mi escuela», decía, «pero no siempre era suficiente». En ocasiones, recurría a sus sueños para resolver dudas que las piezas de tela no lograban aclarar.

Esta era una de las cualidades más notables de mi abuela, pero también me impresionaba su habilidad para predecir quién vendría a visitarnos o a quién nos encontraríamos al volver de misa. Mi madre siempre me decía que hiciera compañía a la abuela Ana, pero que no la tomara demasiado en serio, ya que era un poco peculiar.

Conocer las singularidades de mi abuela y la forma tan natural con la que manejaba sus dones me ayudó a aceptar mi propia rareza, que siempre he ocultado por miedo a ser considerada excéntrica. Algunas mañanas, al despertar, sé con certeza que me encontraré con alguien que morirá ese día, y al ver a esa persona, la reconozco como la que invadió mis sueños.

jueves, 28 de septiembre de 2023

LABERINTOS DE LA MEMORIA

Los recuerdos nos guían a través de sus propios laberintos, desvelando minúsculas parcelas de un todo irrecuperable.

Me sumerjo en un túnel del tiempo y me veo a los nueve años, sentada en un pupitre centenario, donde el más mínimo movimiento causaba un crujido en la madera que alertaba a la maestra de cualquier travesura en curso. La clase era amplia y bañada por el sol, organizada en cuatro filas de pupitres. A nuestra espalda, recuerdo un armario desvencijado donde la profesora guardaba los escasos materiales con los que contábamos: lápices, tizas, pegamento y algunos libros. Era un colegio femenino, y el único hombre que habitaba aquellos espacios desempeñaba el papel de director.

Lo que me ha transportado a este momento particular de mi pasado fue la llegada de una joven maestra llamada Nuria. Una tarde, la profesora colocó sobre la mesa un tocadiscos, un objeto inusual en una escuela pública, donde la mayoría de las alumnas procedíamos de familias humildes. La profesora transmitía el entusiasmo que ella misma sentía al mostrarnos algo tan novedoso; puso el tocadiscos en marcha y la sala se llenó de voces que representaban animales, contando una historia de la que no recuerdo los detalles, pero sí la esencia de una tarde especial lejos de la rutina diaria.

Tuvieron que transcurrir varios años hasta que otro profesor me sorprendiera con una iniciativa similar. En esta ocasión, era la voz de Serrat la que cantaba poemas de Machado. Como siempre, mientras escuchábamos:

Nunca perseguí la gloria

ni dejar en la memoria

de los hombres mi canción;

yo amo los mundos sutiles,

ingrávidos y gentiles

como pompas de jabón.


Algún que otro gracioso interrumpió manifestando lo aburrida que resultaba esa música. El profesor, paseando por la clase, nos contó que ese verano había visitado Collioure, el pueblo francés donde el poeta falleció en 1939, después de salir de España camino al exilio. Nos habló de la República y de los poetas en el exilio: Alberti, Pedro Salinas, Luis Cernuda. Mencionó la Institución Libre de Enseñanza, a Lorca y a Giner de los Ríos. Por nuestra parte, no mostramos demasiado interés en lo que nos decía. Tardé años en comprender el regalo que aquel profesor nos estaba otorgando.

Esa noche, los deberes incluyeron medir versos, identificar el tipo de rima, localizar recursos literarios, analizar el tema, sintetizar y expresar nuestra opinión personal. Hasta ahí todo normal, pero añadió algo nuevo, escribió en la pizarra «Tempus fugit». Teníamos que buscar su significado y relacionarlo con el poema.

Han transcurrido más de cuarenta años y aún desconozco la razón por la cual este poema me ha transportado a esos dos momentos de mi infancia y adolescencia. Me encantaría continuar en el túnel del tiempo y trasladarme a Baeza, convertirme en una alumna que interroga a su maestro sobre la dicotomía planteada por Juan de Mairena respecto al uso del lenguaje. «Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa» frente a «Lo que pasa en la calle».

Parecen dos paradigmas, si no enfrentados, al menos con visiones muy distintas. Hubiese sido una clase magnífica.

miércoles, 12 de julio de 2023

PARA INÉS

I


Para: Inés.sslcedo@gmail.com
Asunto: Trabajo sobre el Realismo Americano
mie, 12 jul, 8:00


Hola Inés:

Te informo que he enviado el trabajo sobre las obras pictóricas del Realismo Americano al correo que me indicaste. A continuación, te proporciono los datos que deberías tener en cuenta al comentar un cuadro, tomando como ejemplo "Noctámbulos", de Edward Hopper:

Obra realizada en 1942.

Museo: Instituto de Arte de Chicago.

Técnica: Óleo (76 x 152 cm).

Tema: Vida en la ciudad.

Composición del cuadro: 

La composición del cuadro "Noctámbulos" de Hopper, pintado en 1942, es cautivadora y revela diversos elementos que contribuyen a su atmósfera intrigante. En esta obra, se presentan cuatro personajes que despiertan la curiosidad del espectador. Destaca una pareja, un hombre y una mujer, cuyas manos cercanas sugieren una relación íntima o conocimiento mutuo. Sin embargo, sus rostros reflejan una introspección profunda, como si estuvieran absortos en sus propios pensamientos y alejados del bullicio del entorno. Esta distancia emocional agrega un toque enigmático a la escena.

El camarero, curvado hacia adelante, dirige su mirada hacia la pareja, como si estuviera en medio de una conversación con ellos. Esta interacción potencial entre los personajes principales crea una sensación de intriga y nos lleva a preguntarnos qué podría estar sucediendo en ese momento preciso. El cuarto personaje, de espaldas al espectador, añade una capa adicional de misterio, ya que su postura oculta su expresión facial y nos impide leer sus intenciones o emociones.

La iluminación desempeña un papel crucial en la composición del cuadro. En contraste con la oscuridad del exterior, la luz en la cafetería crea un foco central en la escena. Esta luz brillante revela los detalles de los personajes y sus interacciones, mientras que el exterior en penumbra permanece en la sombra, sugiriendo un mundo exterior desconocido y potencialmente amenazador.

En conjunto, la disposición de los personajes, sus gestos y expresiones faciales, junto con el juego de luces y sombras, hacen de "Noctámbulos" una obra fascinante que invita a la contemplación y al análisis de la vida urbana y las relaciones humanas en ese contexto particular.

Contexto histórico y artístico de la obra:

"Noctámbulos" fue pintado en 1942, en plena Segunda Guerra Mundial. Pertenece al movimiento artístico conocido como Realismo Americano.

En fin, asunto concluido.

Tu madre, que te quiere.



II



Para: Inés.sslcedo@gmail.com
Asunto: Trabajo sobre el Realismo Americano
mie, 12 jul, 8:30


Querida Inés:

No es fácil para mí expresarme de la forma en que lo haré, sé que me tomarás por loca. Hace diecinueve años, cuando te sostuve por primera vez en mi pecho después de un parto de once horas, me prometí a mí misma que facilitaría tu paso por este mundo, donde las cosas a mi no me habían resultado fáciles. No estoy segura de si, durante estos últimos diecinueve años, el apego era mío hacia ti o tuyo hacia mí. Hoy he tomado la decisión de que mis miedos a que abandones tus estudios, a que te quedes embarazada o a que te cruces con alguien que pueda hacerte daño, son solo eso, mis miedos, y tú no los mereces. Lo que necesitas es una madre que te permita vivir la vida con tus aciertos y errores, y por eso, si suspendes o si decides dedicarte a ser payaso en fiestas infantiles, es tu vida.

A partir de ahora, no realizaré más trabajos por ti. No tengo intención de licenciarme en Historia del Arte, pero sí me gustaría intentar ser la madre que tú necesitas, y para eso debo dejar atrás mis miedos y confiar en ti.

Tu madre, que te quiere.

Posdata: No olvides que no hay nada en este planeta que quiera más que a ti.

domingo, 25 de junio de 2023

"NOCTÁMBULOS"

Hola, argonautas del obrador de textos. He estado pensando mucho en la tercera actividad, de la cual, al parecer, soy la coordinadora.

Al final, después de darle muchas vueltas, la idea me vino mientras veía la cuarta película de la franquicia "John Wick". Al principio de la cinta, algunas imágenes me recordaron el cuadro de Edward Hopper titulado "Noctámbulos".
Esta obra fue realizada en 1942 y muestra a cuatro personas en un café típico de los Estados Unidos, compartiendo un mismo espacio pero sin interactuar entre sí.
 
Según los especialistas, "Noctámbulos" es un retrato que muestra la soledad en la que vive la mayoría de las personas que habitan en las grandes ciudades.

También podría considerarse una escena de cine negro, según algunos críticos.
 
Hopper es uno de mis pintores favoritos y es considerado uno de los mayores representantes del realismo estadounidense.

La actividad que he pensado consiste en lo siguiente: partiendo del cuadro, pondremos en práctica nuestro oficio de escritores y construiremos un texto utilizando el género literario que deseemos (poético, narrativo, teatral, epistolar, ensayo). La extensión dependerá del criterio de cada uno.

martes, 23 de mayo de 2023

REFLEXIONES SOBRE ESTÉTICA Y ÉTICA

Voy a intentar realizar la segunda tarea propuesta en el Obrador de textos, bajo el título Ética y estética en la literatura, desde mi propia experiencia. Intentarè aplicar dichos conceptos a actividades con las que disfruto diariamente.

Hace años leí una entrevista realizada al bailaor Antonio Gades, en la que el artista manifestaba que su maestra le había enseñado que por encima de la estética estaba la ética. Esta fue la primera vez que escuché una reflexión sobre dicha dicotomía. Para Gades, la estética tenía que ver con la puesta en escena de un espectáculo y este ha de someterse a lo que él entendía como ética,que era el respeto por los principios básicos del flamenco, empezando por la austeridad y sobriedad. Lograr lo máximo con los mínimos recursos, guitarra acompañando a la voz, palmas y pies.

La ética la relaciono con la conducta, con el bien hacer. La estética con la belleza y los sentimientos que producen. Parto de que la idea de belleza no es un absoluto unitario, sino que cada cual lo interpreta a su manera, como un constructo individual.

En cualquier manifestación artística, al menos para mí, ética y estética van unidas. Algunos autores, con esta relación, consiguen grandes obras. Voy a poner algunos ejemplos:

En el campo del cine, la directora Audrey Diwan lleva a la pantalla El acontecimiento, película basada en la novela de la última Premio Nobel Annie Ernaux.

La película, desde el punto de vista ético, es un manifiesto a favor del derecho de la mujer al aborto y a la utilización de anticonceptivos prohibidos en la Francia de los años sesenta. La estética es la forma en la que se narra la historia, sin sentimentalismos, sin intención de juzgar. Los silencios, junto con la práctica ausencia de música y la utilización de primeros planos, se convierten en elementos narrativos.

Nomadland es una película estadounidense escrita, dirigida y montada por Chloé Zhao. Cuenta una historia real. Narra lo que le ocurre a un grupo de personas de más de 60 años que pierden su trabajo y adoptan un estilo de vida nómada convirtiendo sus coches en un hábitat permanente. La película es una mezcla de documental y cine.

En el campo de la música, mi pasión confesable, voy a mostrar dos trabajos realizados en este año:

Los Chikos del Maíz, en Nómadas, nos dan un golpe de realismo, a ritmo de rap, con una letra revolucionaria y una escenificación propia del estilo: gorra de béisbol, piercings, pantalones anchos, tatuajes (para mí, narrativa esculpida en la piel).

Silvia Pérez Cruz, hace unas semanas, publicó su último trabajo bajo el título Toda la vida, un día. A través de veinte canciones, nos invita a un viaje, donde letra, música y voz se compaginan para darnos un baño de nostalgia hacia diferentes ritmos. Si existe el inconsciente colectivo, la música sería un lugar de encuentro. Fuera de los circuitos en los que algunos músicos confunden el valor con el precio, la autora realiza un trabajo de sobresaliente, donde ética y estética se funden en un todo.

En la novela de Montero Glez Manteca colorá, se cuenta la historia de un hombre que se dedica al contrabando de hachís y se ve envuelto en una venganza que le lleva a la muerte. El determinismo juega un papel importante. El uso que hace el autor del lenguaje convierte la obra en puro esperpento. Ni la ética ni la estética que se narran en esta novela pueden verse como modelos a seguir, pero sí como un reflejo de la sociedad en la que vivimos, donde las injusticia y la miseria siempre se dan en los mismos lugares y a la misma gente.

En la novela El lugar, de Annie Ernaux, la autora, tras la muerte de su padre, reflexiona sobre su relación con él y el mundo donde el azar la ubicó. La educación reglada es la que la extrae de la precariedad del ambiente proletario en que nació. A Ernaux no le gusta que a sus trabajos se les llame novelas, desconozco la razón. Sus textos están escritos en primera persona, con un lenguaje cuidado pero al mismo tiempo asequible para todos.

Para mí, la ética y la estética tienen que utilizarse de la misma forma que la harina y el agua en el proceso de la elaboración del pan.

miércoles, 29 de marzo de 2023

"LAS HOGUERAS"

Tras la lectura de la novela Las hogueras de  Concha Alós, no logro entender por qué está autora no es reconocida al nivel de Carmen Martín Gaite, Juan Marsé, Sánchez Ferlosio o Ana María Matute, todos ellos relacionados con la narrativa de crítica social de los años de la posguerra.

Se trata de una novela realista, donde los personajes ubicados en un pueblo de Mallorca añoran la felicidad.

Para Asunción, la maestra del pueblo, soltera y desengañada, el determinismo condiciona la vida de todos. Según el narrador, este personaje  «ha empezado a tener una certeza absoluta y casi fatal de que los destinos de los hombres están ya marcados. Cree que los seres humanos se abocan a un fin u a otro según su cuna, su medio, su herencia biológica». Asunción es una mujer amargada, a la que ya no satisface su trabajo, sin marido ni hijos y que rompe el estereotipo que de ella se esperaba.

Sibila, por otra parte, vive de los recuerdos de un pasado en el que fue una modelo famosa y espera poder fugarse al París de sus sueños. Busca en su amante el apoyo que necesita para huir.

Monegro, personaje primitivo, siempre está dispuesto a aprovechar cualquier ocasión para mejorar su vida.

Archibald, el marido de Sibila, busca un lugar tranquilo para acabar sus días sumergido en la lectura y la pesca. Intenta tranquilizar su conciencia sobre el origen de su fortuna, y por eso muestra generosidad con los habitantes del pueblo.

En la novela no hay esperanza. Los personajes consumen su vida con la cotidianidad circular, repetitiva, del día a día.

viernes, 17 de marzo de 2023

¿POR QUÉ ESCRIBO?

He intentado responder a esta pregunta en algunas ocasiones y creo que esta es una buena oportunidad para abordarla. Un ejercicio de introspección podría ayudarme.

Supongo que la persona que más se alegró de que aprendiera a leer fue mi madre, porque se liberó de ser perseguida por una niña que continuamente le pedía que le contara un cuento. Su voz se convertía en pura magia mientras narraba la historia de una princesa que su padre tenía prisionera en una torre muy alta. Han pasado más de cincuenta y cinco años y en mi memoria suena su voz con un timbre de mujer joven: «Cuando termine las faenas».

Sin controlar lo más mínimo la estructura del lenguaje escrito, descubrí que podía narrar las historias que tanto me gustaban y ponerles el final que yo quisiera.

Leer y escribir me hicieron más llevaderas las tardes de verano en las que los mayores se empeñaban en que durmiéramos la siesta. Escondida en el hueco de las escaleras, leía los libros que mis hermanas y yo comprábamos de la editorial Bruguera, repletos de ilustraciones en blanco y negro que hacían más interesantes las historias. Disfruté de Tom Sawyer, David Copperfield, Los tres mosqueteros y El Conde de Montecristo, sin contar la colección completa de Julio Verne.

Sobreviví al infierno del instituto, donde cada mañana permanecía sentada en un pupitre de color verde, mientras mi imaginación volaba fuera de esas cuatro paredes. Me convertía en una bailarina de ballet clásico con zapatillas plateadas o en una enfermera que trabajaba en África. Por la noche, en mi diario, escribía páginas y páginas de un mundo de fantasía, donde el concepto de felicidad absoluta era un objetivo a conseguir.

No creo que quedaran novelas de autores clásicos en la biblioteca municipal que yo no leyera. Tras la lectura de Guerra y Paz y Ana Karenina, me convertí en una asesina en serie, eliminando a los personajes que, según yo, deberían morir. Y esta afición ha llegado hasta hoy, donde me declaro adicta al género negro.

En la parroquia del Carmen asistí a un club juvenil y fue allí donde me inicié en la lectura de Martín Vigil, un jesuita muy seguido por mi generación. Sus libros Sexta Galería, Los curas comunistas o Una chabola en Bilbao me llevaron a La madre de Gorki y a Las uvas de la ira de John Steinbeck.

En la universidad encontré a mi compañero de vida y él me mostró una serie de escritores que yo desconocía: Borges, Cortázar, James Joyce. La lectura del monólogo interior de Molly Bloom me hizo entender que escribir va de ser libre.

Durante años, la relación que mantuve con el lenguaje escrito fue por motivos de trabajo o la elaboración de la lista de la compra semanal. No ocurrió lo mismo con la lectura, seguí devorando cualquier texto que aterrizara en mis manos, manifestando especial interés en el género negro entendiendo este como novelas de crítica social.

La respuesta clara a la pregunta inicial: entiendo el acto de escribir como un compromiso con el mundo en el que me ha tocado vivir. Las premisas del naturalismo, verdad, sencillez y belleza son las máximas que procuro cumplir.