viernes, 1 de octubre de 2010

Noches Blancas

Todo empezó con un número de teléfono equivocado, el teléfono sonando tres veces en la quietud de la noche, dígame,¿pizzeria Bella Napolis?, se ha equivocado de número, lo siento. Miro el reloj, las dos de la madrugada, me había quedado dormida en el sofá con la televisión encendida una vez más; debería irme a la cama pero es sábado y mañan no tengo que madrugar, así que decido disfrutar el sosiego de la noche; el silencio, la oscuridad, nada de lo que ocurre me es desconocido estoy acostumbrada a las noches en blanco. Enciendo un cigarrillo, aspiro, sé que me estoy matando, pero en este instante no me importa; la habitación se llena de humo, abro la ventana y miro al exterior y,como siempre, son los olores los que me hacen ver en la oscuridad: la tierra húmeda, el olor a jazmin, los rosales,todos los olores mezclados, pero yo sé que lugar ocupa cada planta, cuándo se plantó y en qué momento necesita abono, ojalá mis sentimientos estuvieran tan claros, pero no quiero pensar, sólo deseo disfrutar la noche, este instante constante e irrepetible sin el cual se me hace imposible el día...El día , los días, los años, que llevan al mismo sitio: a las noches en blanco, al silencio, a los cigarrillos de madrugada. No sé cómo, cuándo lo decidí, ni siquiera si lo decidí, pero sé que sin las noches en blanco, la mirada en la oscuridad, el silencio, mi vida carecería de sentido.

1 comentario:

  1. Ascebsión: me he quedado sin palabra al leer tu relato, siento que estoy viviendo esas noches en blanco, Maruja.

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